lunes, 7 de febrero de 2011

OPINION SOBRE EL ARTICULO DE ROBERTO VALENZUELA

He observado que el llanto sirve por lo general en literatura para vivir el cuento, al modo ruso; pero no para escribirlo. Podría asegurarse a ojos cerrados que toda historia que hace sollozar a su autor al escribirla, admite matemáticamente esta frase final: «¡Estaba muerta!»

Esta es la buena fe. La mala fe se reconoce en la falta de correlación entre la frase hecha y el sentimiento o circunstancia que la inspiran.
Ponerse pálido como la muerte ante el cadáver de la novia es un lugar común. Deja de serlo cuando al ver perfectamente viva a la novia de nuestro amigo, palidecemos hasta la muerte.

Pienso que fue muy bueno por el escritor dar un par de claves para algunos escritores que quizas no conocian y que muchos de ellos la mantienen oculta. Estos dos articulos me llamaron mucho a la atencion, ya que muchos cuentos se viven con algunas lagrimas, para despues decir que el protagonista estaba muerto y acerca de la buena fe y la mala fe esta muy clara lo que el escritor quizo decir.

NELCIDA AYBAR

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